Datos curiosos sobre el amor
Ese sentimiento que conocemos como “amor”, junto con su contraparte el “desamor”, son estados anímicos que tienen un origen y una base que se relacionan con la neurociencia, pues se originan por reacciones del cerebro y se manifiestan muchas veces a través del cuerpo. La ciencia se ha ocupado de estudiar diferentes aspectos del fenómeno, llegando a conclusiones curiosas y hasta sorprendentes.
1. El amor es como una droga.
Ya se sabe que el enamoramiento surge a partir de reacciones químicas, que nos provocan sentimientos y sensaciones de mucho bienestar y elevan nuestra autoestima hasta el cielo. Algo muy parecido a los efectos de las drogas en el organismo. Eso es porque el cerebro genera sustancias como la dopamina o la serotonina, que nos coloca en un estado de disfrute absoluto.
La forma en que el amor y las sustancias psicotrópicas afectan las neuronas a menudo utilizan los mismos caminos. Por ello cuando una persona entra en un periodo de abstinencia a las drogas, lo mismo que cuando se da una ruptura amorosa en una pareja, se producen comportamientos depresivos y se cae en un estado de mucha ansiedad.
2. ¿Será Santa el ‘Grinch’ del amor?
Cada vez son más los indicios y las estadísticas que sugieren un incremento de las rupturas amorosas entre parejas que ya llevan tiempo juntas, como consecuencia de la postemporada de fin de año.
¿Acaso Santa es responsable de las “crudas decembrinas” que traen como consecuencias los divorcios que se presentan cada mes de enero, al comenzar un nuevo año? Quizá sea obra del Grinch, pero parece un hecho consumado que los juzgados familiares reciben más solicitudes de divorcio durante enero que en otros meses del año.
Aunque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, diga que el neoliberalismo es la causa de que aumenten los divorcios en el país, lo cierto es que no se debe a la “cuesta de enero” por el tema económico, sino a otros factores relacionados con las emociones y el estrés.
3. Lo que cuenta son los pequeños detalles.
Es importante recordar siempre una receta a prueba de fallas, cuya eficacia ha perdurado a través del tiempo: son las pequeñas cosas las que al final marcan la diferencia en una relación de pareja.
Por ello las investigaciones que han estudiado el tema a profundidad han concluido que los pequeños detalles mantienen encendida la llama del amor, aunque pueda sonar pasado de moda.
4. Cine romántico como terapia de pareja.
Hay quienes sostienen que cuando una pareja dedica tiempo a disfrutar de películas cuyo tema es el amor o el romance, logran convivir mejor y son capaces de sostener su relación sobre bases más sólidas.
Uno de estos estudios concluyó que las parejas saben muy bien lo que hacen en su relación, pero ver películas románticas les ayuda a reflexionar sobre su comportamiento y esa terapia compartida les ayuda a comprenderse mejor.
5. El exceso de redes sociales provoca divorcios.
En Estados Unidos hay un dato que inquieta hasta a los abogados, quienes han visto como en los últimos años ha crecido la cantidad de divorcios propiciados por lo que se ha dado en llamar “uso excesivo” de las redes sociales.
Se ha documentado que su utilización desmedida genera diferentes problemas de confianza y fidelidad en la pareja, lo que ha derivado en que haya matrimonios separados debido a los conflictos provocados por la fiebre digital.
Otros sondeos han encontrado que a las mujeres les causa mayor molestia que su pareja utilice redes sociales, pues si ellos comparten fotos, sus actividades y le dan “me gusta” a otras publicaciones, eso las enfurece.
6. El ‘amor remoto’ puede funcionar.
A pesar de lo que se cree, hay investigaciones que han encontrado que las relaciones de pareja manejadas a distancia sí pueden sobrevivir e incluso consolidarse en el tiempo.
El secreto parece estar en que la distancia intensifica el nivel de comunicación íntima y de confianza mutua. Así, los dos “tórtolos” registran niveles muy altos de deseo y enamoramiento a largo plazo.
7. El desamor engorda.
Parece broma, pero hay conclusiones al respecto. Así como al enamorarse se pierde el apetito y se puede adelgazar, cuando el amor se desgasta y da lugar a discusiones y peleas entre la pareja, el cuerpo paga los platos rotos, pues ya no puede procesar las grasas de la misma manera y eso le hace ganar volumen.
¿Cuál es la explicación? Las peleas frecuentes entre los miembros de la pareja incrementan la presencia de insulina, lo que a su vez motiva el consumo desmedido de comida y la consiguiente aparición de la grasa, especialmente en la zona del abdomen.
Equipo de redacción GoodLink
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