El suicidio es un acto que se efectúa deliberadamente, muchas veces por problemas relacionados con la depresión, ansiedad, pérdida de un familiar, consumo de drogas o alcohol, trastornos bipolares o esquizofrénicos, cuestiones de la vida que propicia el estrés, como lo económico, problemas en pareja, bullyng, maltrato, abuso, entre otras.
Según un estudio, las personas con pensamientos suicidas están tratando de alejarse de una situación de la vida que les parece imposible de manejar, buscan alivio y salir a toda costa del tormento que aparentemente no tiene solución.
Según un estudio realizado por la Academia Pediátrica de San Diego explica que los estudiantes de secundaria que han sido sometidos a acoso escolar o bullying tienen más probabilidades de presentar depresión grave, pensamientos suicidas o llevar armas a la escuela.
Es importante saber que factores ponen a una persona en riesgo de suicidio y qué se debe hacer al respecto. Según los expertos debemos tomar en cuenta ciertas actitudes y cambios que se pueden identificar a simple vista.
1. Se aíslan socialmente
Gradualmente prefieren estar más en casa que pasar tiempo en familia o con amigos. Pierden interés por ciertas actividades que antes les causaba alegría, dejan de lado el teléfono, cierran sus redes sociales, todo aquello donde pueda exponerlos en sociedad. Por lo regular se ciclan de la rutina y no les llama la atención nada en particular.
2. Cambios drásticos de actitud y comportamiento
En un momento pueden demostrar amor, empatía, alegría, pero al siguiente instante cambian repentinamente la actitud, por enojo, tristeza, ansiedad. Por lo regular se presenta más en adolescentes ya que se encuentran en una etapa de cambios constantes.
3. Mencionar literalmente que quiere acabar con su vida
Este tipo de declaraciones nunca debe tomarse a la ligera. Decir “me quiero morir”, “estarían mejor sin mí”, “no me importa nada”, es una llamada de auxilio que requiere atención inmediata y ayuda de un profesional.
4. Un acontecimiento fuerte
Una situación de alto impacto podría activar pensamientos suicidas. Por ejemplo, la muerte de un ser querido, bullyng, problemas familiares, problemas en pareja, entre otras, pueden desencadenar la pérdida de la esperanza de vida.
Si has identificado alguno de estas actitudes en alguno de tus amigos o familiares, lo más sensato que podríamos hacer en estos casos es entablar una conversación sobre lo que está pasando. Si la comunicación no se da, trata en lo posible buscar a un profesional, es importante tomar las debidas precauciones para evitar una tragedia.
