¿Cómo sabemos si estamos ante una buena película o no?
El cine es el último de las artes en hacer su aparición. Y tiene la fuerza de englobar a las demás artes y además incorporar las tecnologías para ser un producto profundamente popular. Los cines, las plataformas como Netflix, los canales de televisión abierta y los sistemas de cable: todas ofrecen películas porque es, quizás, la forma de entretenimiento mundial.
La historia del cine tiene obras maestras que son atemporales y otras que han quedado en el largo manto del olvido. Todos vemos películas pero la pregunta es ¿qué es lo que vemos?
Pero ante tantas películas que surgen año con año ¿cómo sabemos si estamos ante buenas películas o no? ¿vemos lo que la mercadotecnia nos dicta o realmente son elecciones nuestras? ¿cómo se aprecia una película? ¿cómo evitar limitarnos a sólo un tipo de cine? Todas estas preguntas pueden ser respondidas con los siguientes consejos:
1. El cine es arte y es entretenimiento:
En los foros, blogs y páginas dedicadas al cine generalmente hay un debate que polariza todo: El cine de arte vs el cine de entretenimiento. En GoodLink consideramos que ese debate está desfasado y que tomar una postura limita nuestra visión sobre el cine. Es necesario consumir todo tipo de cine para ir creando un criterio más amplio a la hora de valorar lo que se ve.
2. Identificar los elementos de análisis del filme.
Para juzgar una película es necesario fijarse en varias cosas: La estética de la fotografía, la trama, la fluidez de los diálogos, las técnicas de filmación (el tipo de planos, los movimientos de cámara), la relación de lo visual con la música.
3. La originalidad de la propuesta.
El afamado director Alfred Hitchcock solía decir que todas las historias en el cine giraban alrededor de tres o cuatro temas (amor, desamor, traición) y que el papel de los creadores cinematográficos era encontrar nuevas formas de contar esas historias. La originalidad es un tema complicado porque todo lleva una referencia de alguna obra pasada, sin embargo, hay películas que sí logran cambiar las fórmulas, refrescarlas.
4. No todo es Hollywood.
Pese a que la publicidad y las salas de cines comerciales nos inundan con películas taquilleras de la industria hollywoodense, hay que intentar ir un poco más allá y explorar otros cines. Cada uno con sus sensibilidades, sus propios ritmos y sus propios temas. Ver cines de otras latitudes es abrir una ventana a un mundo ilimitado.
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