La lectura es una de las actividades fundamentales para el desarrollo integral de las personas. Y qué mejor que iniciar con ese hábito desde pequeños. En una época dominada por los celulares, las tabletas, las computadoras y los videojuegos, la lectura parece condenada a un sitio marginal, por lo que es necesario que los padres sean los primeros que fomenten el leer a sus hijos.
El fomento a la lectura a los pequeños es un proceso que requiere mucho tiempo, paciencia y dedicación: requiere padres que estén totalmente involucrados con la educación de sus hijos y que tomen un rol más activo.
Si los niños y niñas hacen suyo el hábito de la lectura tendrán un desempeño maximizado en la escuela, una mayor comprensión de lo que están aprendiendo y un desarrollo intelectual más íntegro.
¿Qué es lo que pueden hacer los padres para fomentar la lectura?
1. Dar el ejemplo.
Los pequeños son como esponjas que imitan y repiten las conductas que ven en su casa. Es indispensable que vean que sus padres se toman un momento en el día para leer un libro. Ellos interiorizarán eso y por curiosidad irán pidiendo libros.
2. Leer juntos.
Leer el mismo libro, juntos, y turnándose los capítulos del libro a leer, no sólo estrecha los lazos de la relación, sino que sirve para que los niños puedan resolver dudas, palabras, escenas que quizá no comprenden. Es una lectura más a profundidad porque tiene a sus padres para que le explique.
3. Contarles historias y cuentos antes de dormir.
Contarles cuentos a los pequeños es ejercitar su imaginación, su capacidad de fabulación y es una forma pedagógica de estimular su pensamiento. Es necesario que los padres sepan qué historias contar e incluso, dejar participar a los pequeños en ellas.
4. Tener un control sobre los aparatos electrónicos (celulares, tabletas y videojuegos).
Tener un horario de uso de los dispositivos es clave para la educación de los niños. Si no se tiene un control, los pequeños pueden abusar de su uso. Paralelamente, los especialistas indican que es necesario que los niños tengan su horario de lectura sin que parezca que eso es una obligación.
5. Respetar los gustos de los niños y niñas a leer lo que quieran.
Los pequeños deben escoger lo que quieran leer porque son ellos los que saben cuáles son sus gustos. Si los obligamos a leer los libros que nosotros consideramos que deben de leer, van a sentir que es más una obligación pesada con la cual cumplir.
