En el núcleo familiar se pueden desarrollar ciertos problemas que afectan gravemente la convivencia. Uno de los principales, es la parte de los hijos. En ocasiones se presentan situaciones en las que los niños causan serios problemas a sus padres, con conductas problemáticas que dañan seriamente la relación padre e hijo. Se trata de los hijos o hijas tóxicos que por lo regular, presentan actitudes tiranas, retadoras y hasta agresivas.
Este comportamiento es más frecuente en niños y jóvenes, que sientan poco apego a las normas sociales y a las responsabilidades. Tienden a querer explorar por su cuenta, pero no entienden la gravedad de las consecuencias de sus acciones.
Para poder identificar si tenemos un hijo o hija tóxica en casa. Te presentamos las principales características de este comportamiento.
- Son desafiantes.
Una de las principales características de los hijos tóxicos, son las actitudes o comportamientos desafiantes o provocativos, que por lo general se presenta hacia los padres. Tienden a cruzar la línea de la disciplina, son irrespetuosos, llenos de ira y reacciones hostiles.
- Mandones y autoritarios.
Este tipo de comportamiento no sólo se caracteriza por tener actitudes hostiles con sus padres, sino que también tienden a desarrollar una personalidad autoritaria y exigente. Los hijos tóxicos con estas actitudes deciden qué y cuándo comer, que ver en la televisión y si no consiguen lo que quieren, gritan, amenazan y hasta pueden agredir físicamente a sus padres.
- Son caprichosos.
El capricho es el pan de cada día para un hijo tóxico. Suelen tener caprichosos momentáneos, tienen baja tolerancia a la frustración y su reacción hostil puede presentarse en cualquier momento. Un deseo se puede convertir en un serio conflicto para los padres, ya que requieren de toda su atención y disponibilidad.
- Son poco empáticos.
Los hijos tóxicos, son niños o jóvenes en plena pubertad con nulas habilidades sociales. La empatía es la capacidad de ponerse en los zapatos del otro, y puesto que son incapaces de hacerlo, no experimentan sentimientos como el perdón, la culpa o la compasión.
- Usan la manipulación.
Además de tener poca tolerancia a la frustración y de ser autoritarios, los hijos tóxicos son manipuladores. Por lo regular se comportan en el entorno familiar, en donde realmente conocen los puntos débiles de sus padres, a los que pueden manipular deliberadamente hasta lograr sus objetivos.
Equipo de redacción Goodlink